El Brillante

En 1997, Bill y Hillary Clinton acudieron a Madrid por una cumbre de la OTAN y además de visitar los grandes museos del paseo del Prado entraron en otro templo de la ciudad, El Brillante (Plaza del Emperador Carlos V, 8), para comerse un clásico bocata de calamares. No hay imágenes del histórico bocado, pero sí el recuerdo de los camareros. Este local de la glorieta de Atocha fue abierto en 1961 por Alfredo Rodríguez Villa, un leonés que llegó a la gran ciudad en 1934 y aprendió el arte de la fritura en otro símbolo del bocata, El Diamante.

El Brillante